ALIMENTACIÓN Y YOGA:
“La primera dificultad con que
tropieza la práctica del Yoga es un cuerpo enfermizo, pues sin salud será en
vano intentar la práctica; y así conviene tener mucho cuidado con el régimen
alimenticio y cumplir rigurosamente las leyes de la higiene física y mental,
sin olvidar que la salud es uno de los medios de llegar al fin. Si la salud
fuese el fin retrocederíamos al reino animal, etapa en que la mente es
embrionaria e instintiva”.
Swami Vivekananda.
Es necesario que todo aspirante a ser un buen yogui
comprenda que nuestra energía se nutre de 3 fuerzas básicas: una es la
respiración, otra es la ingesta de comida y la otra los distintos pensamientos
de nuestra mente.
Dentro del yoga hay diferentes versiones acerca del
“mejor” tipo de alimentación que conviene: unos lo contemplan como el mero
hecho de comer sano, una dieta vegetariana. Otros se basan en los principios de
la medicina ayurvédica y otros no marcan
reglas estrictas a la hora de hablar sobre cuál es la mejor manera de comer
para una vida yóguica.
1.- Se recomienda comer “lo más sano posible”. Esto es incluir en la dieta diaria verduras,
cereales integrales, frutas secas de estación y aumentar la ingesta de soja
(que tiene las mismas propiedades que la carne, pero, sin las toxinas de esta.
Aunque aquí también cabría decir que hay que tener cuidado con esta sugerencia,
puesto que la mayoría de la soja que se comercializa hoy en día es
transgénica). Se recomienda también disminuir el consumo de alcohol, de tabaco,
estupefacientes y drogas que puedan alterar nuestro estado de conciencia.
Normalmente se relaciona al yoga con el
vegetarianismo, pero, esto no siempre sucede por regla general. Las escuelas
más estrictas sólo permiten este tipo de prácticas pero hay otras que no son
tan severas con el aspecto dietético.
2.-La práctica del yoga es una práctica
consciente y como tal apunta a la toma de conciencia de las diferentes
dimensiones del ser entendido como una totalidad cuerpo-mente , buscando
siempre un equilibrio psico-físico.
A partir de la toma de conciencia de que todo lo que
ingresa por la boca pasa a formar parte del cuerpo y como tal de nuestro
sistema bioenergético, se deduce que la calidad de ese combustible vital y de
esa materia prima que ingresa a nuestro cuerpo influirá en nuestro equilibrio
energético, corporal y por extensión a nuestra dimensión espiritual. De la
misma forma que las palabras alimentan nuestro espíritu, los alimentos
alimentan nuestras células y tejidos, dándoles también una cualidad particular.
Esta cualidad se llama en sánscrito guna. Según el yoga existen 3 gunas o
cualidades básicas que se manifiestan en toda naturaleza: rajas, tamas y
sattva.
n Tamas : es la cualidad de la inercia, la oscuridad y
la destrucción en la naturaleza. Se manifiesta en el ser humano como un estado
de pesadez, embotamiento físico, emocional y mental. Los alimentos tamásicos
son : la carne, el ajo, la cebolla, alimentos recalentados, las grasas, el
alcohol, el tabaco y las drogas. Excederse comiendo o durmiendo también se
considera tamásico. De las 3 gunas está es la más densa a nivel energético y la
primera que hay que ir disminuyendo para el trabajo del yoga.
n Rajas : es la cualidad del
movimiento, del cambio de la naturaleza.
La
personalidad rajásica tiende siempre a una constante actividad incensante, a
la hiperactividad. Gran euforia y
depresión son los polos entre los que oscila.
En el ser humano es lo que
produce la pasión y la tendencia a la actividad. Los alimentos rajásicos son :
los alimentos picantes, amargos, salados, el café , el té y la carne.
n Sattva : Es la cualidad de la pureza, de la estabilidad de la
naturaleza. En el ser humano se manifiesta como la pureza de conciencia, la
salud y las cualidades positivas de la mente.
Los alimentos sátvicos
son las verduras, frutas, cereales, frutos secos, legumbres, la leche y sus
derivados y la miel. Estos son los alimentos preferidos para la práctica del
yoga porque aportan gran energía y una mente clara y serena, la cual nos
permite aprovechar toda nuestra capacidad física, mental y espiritual.
En nuestra sociedad actual,
las exigencias de nuestro día a día son muy elevadas, por ello, la salud se ve
resentida de forma directa. La alimentación ha sido siempre un sistema de
autocuración, de inducción a estados de armonía, vigor y ánimo, entre otros.
Lo más importante es que una
alimentación correcta es aquella que cumple con las necesidades específicas de
la persona de acuerdo a su edad, actividad, etc. Promueve en el niño el
desarrollo y crecimiento adecuados, en los ancianos y adultos permite conservar
o mantener el peso esperado para la talla y previene la aparición de
enfermedades por la deficiencia de ciertos nutrientes
¿TIENE IMPORTANCIA LA
ALIMENTACIÓN PARA NUESTRA EVOLUCIÓN ESPIRITUAL?
Si y no. Si tú estás en
armonía contigo mismo, la pauta de vida o la forma de alimentarte no tienen
importancia capital, ya que, si tu sigues una filosofía o una orientación con
las que no estás de acuerdo en lo más profundo de ti mismo , eso será nefasto
para tu evolución espiritual. Es necesario que cada uno siga su intuición más
profunda con respecto a este tema. Es preciso seguir nuestra intuición y ser
siempre muy sinceros con nosotros mismos y saber qué es lo que de verdad
queremos y qué es lo que de verdad nos perjudica o nos beneficia.
Todas las indicaciones
terapéuticas acerca de cuál es la mejor opción a la hora de comer, todo puede
resumirse en algo tan simple como que estemos en armonía con todo lo que
comemos. Si se hace un régimen vegetariano de forma obligada o forzada
porque “eso es bueno para mi evolución espiritual” , habrá una lucha en
nosotros y nos perjudicaremos más que beneficiaremos. Por eso es mejor no
aconsejar ningún régimen concreto. No por seguir un régimen vegetariano
estaremos automáticamente en la vía espiritual.
El alimento, al igual que
las energías, las ondas de forma y todo lo que nos rodea, pueden ser
trascendidos. Nuestro cuerpo, nuestras células tienen la capacidad de
transformar lo que podamos tomar. Trascendiendo la energía absorbida en una
energía que será totalmente positiva para nosotros. Sin ir más lejos, si uno
viaja a India, lo primero que le recomendarán es que sólo beba agua embotellada
y que bajo ningún concepto beba agua corriente, porque nos podemos intoxicar.
Sin embargo, los lugareños están más que acostumbrados a “esta agua
intoxicada”, pero, a ellos no les perjudica en absoluto. Aquí tenemos una clara
muestra de que nuestro organismo es enormemente sabio y que tiene la capacidad
de transformar cualquier tipo de alimento, tomando lo beneficio y eliminando lo
perjudicial.
Si tenemos la conciencia de
que aquello que estamos tomando es lo más beneficioso para nosotros, no nos
podrá causar ningún daño.
Toda la energía que
absorbemos ya sea por la respiración o a través del alimento material, debe
hacerse en un estado diferente de conciencia, es decir, bendiciendo y aceptando
con Amor todo aquello que va a penetrar en nuestro cuerpo, permitiéndole
activarse , vivir, moverse, ser.
De lo que se trata , en
definitiva, es de que no actuemos como autómatas que comen, beben y respiran.
Se trata de desarrollar conciencia de esos actos esenciales de la vida. Que
cuando comamos no lo hagamos “porque toca”, sino “con presencia”, dando gracias
por los alimentos que vamos a tomar y bendiciéndolos.
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