CONCENTRACIÓN Y MEDITACIÓN:

El camino del yoga y del autoconocimiento se debe realizar paso a paso. Además de las asanas que te ayudarán a tener más salud y vigor, hay que saber regular y controlar nuestra respiración. Se recomienda también aprender a mirar más hacia nuestro interior, lo que se conoce como“interiorización de los sentidos”. Saber “desconectar” del mundo exterior. O sea que las asanas, el control de la respiración y la interiorización nos pueden llevar a que nuestra concentración y nuestra meditación sean un éxito.

La concentración y la meditación son los senderos reales hacia la perfección. La concentración lleva a la meditación. Fija la mente en algún objeto sea dentro o fuera del cuerpo y mantenla firmemente por algún tiempo. Eso es concentración. Tendrás que practicarla diariamente si quieres conseguir resultados, notar cambios en ti.

La concentración es tener la mente fija sobre un objeto sin desviarla, con exclusión de cualquier otra cosa. Meditación es la unión o fusión con el objeto. Llegar a sentirnos uno con el objeto. Sentir que su naturaleza, su esencia y la nuestra es la misma.

Aquel que tiene una postura estable y ha purificado sus nervios y su envoltura vital por la práctica constante del control respiratorio será capaz de concentrarse fácilmente.

Aquellos que practican la concentración evolucionan rápidamente. La concentración purifica y calma las agitadas emociones, fortalece nuestros pensamientos y clarifica las ideas. La concentración también ayuda al hombre en su progreso espiritual. Con la práctica podremos realizar un trabajo con más precisión científica y con gran eficacia. Lo que antes se nos presentaba como algo nebuloso y vago se vuelve claro y definido. Lo que antes era difícil ahora se vuelve fácil.

La meditación puede ser de dos clases : meditación concreta y meditación abstracta. Se recomienda que primero practiquemos con la meditación o concentración    sobre objetos materiales  y más tarde sobre objetos sutiles e ideas abstractas. Es fácil concentrar la mente en un objeto mundano porque la mente de modo natural toma interés por ello por la fuerza del hábito. Tendrás que entrenar la mente, paso a paso, para la práctica diaria de la meditación en ideas abstractas.